El vaso de él cubre el agua de ella que cubre el vaso de él que no flota. El agua tampoco flota. Y ninguno, ninguno de los dos perece. El vaso porque no está en su naturaleza el ser ahogado. El agua porque es la que ahoga. El vaso de él cubre el agua de ella que cubre el vaso de él que no flota. El agua tampoco flota. El vaso de él cubre el agua de ella que cubre el vaso de él que no flota. El agua tampoco flota. Tampoco flota. Tampoco.
Del libro Bla, bla, bla, bla, bla sobre el amor de FRANCISCO GARZÓN CÉSPEDES
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