Tratas de dejarle algo bonito al mundo,
de ser semilla en lugar de súcubo,
pero la piel pervierte al corazón más gélido,
y en brazos de Zeus detona el llanto.
Tratas de ser la luz y amor que para ti deseas,
la reciprocidad es el cuento de una niña,
que no encuentra acallada su respuesta,
ni saciada la sed por lo que implora.
Llora triste, de cara lavada en lágrimas,
esa niña que no comprende,
y dentro una vez más algo se rompe.
Maldice y reza, casi conjuntamente,
pero el cielo queda lejos de su grito,
así es que ahora va de luto.
TANIA MATIAS
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