Hoy se escucha el llanto medroso
desde un lugar bello y hermoso,
lanzan a mi tierra en la fragua,
por alzar tu voz Nicaragua,
es mi pueblo bueno y sutil,
el que esta en luto desde abril,
el que ha estado siempre mal,
esperando un grito triunfal,
a ningún pueblo se irrespeta
se le enaltece y se respeta,
a minutos ruge el acecho
porque violan cada derecho,
donde el viento ve ese dolor
de muerte, por falta de amor,
y ponen el mundo al revés
al perseguir un interés,
la maldad exacerba el alma,
y al ser, hacen perder la calma.
¿Qué más pensaría Darío
de esto? ¿estaría inerte y frío?
el que soñó con libertades
y a las gentes en igualdades,
pero, hoy, sangran a su pequeña
patria, llorando y hecha leña,
desdeñado fue nuestro himno
por el poder de lo maligno,
y tiñen con sangre de hermanos,
bilateral, no son “cristianos”,
e hicieron rugir el cañón
por arrancar el corazón,
con balas del odio incesante,
y el azul y blanco triunfante,
el que brilla en lo alto del cielo,
llevando el grito y desconsuelo
¡y lo sabe el sol y la luna!
sobre una patria sin fortuna,
cada acre manchado de sangre
por mentes con gusto a vinagre,
por ser, despótico y palurdo,
al tener un pensar absurdo,
y es que han faltado a la moral
por ser absorto en lo banal,
donde el cielo se vuelve oscuro
por la maldad de un vil conjuro,
oh, ¡¡patria, mi patria sufrida,
para mí eres la más querida!!,
donde te vi gozar en calma
y por eso te ama mi alma,
serás canto de libertad
al volar en felicidad;
hoy la aurora se torna oscura
al ver la patria en la locura,
y el rocío nos llora rojo
al mirar sangre en el rastrojo,
¡¡Dios cubre a la bella Managua
y salva Dios a Nicaragua!!,
¡¡¡y será la mano del PADRE
que de la paz al ser humano!!!,
y a cada persona y a madre
que perdió a su hijo o a su hermano.
José Manuel Quintero Rojas
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