sábado, 27 de junio de 2020

LOS NIETOS


Pasaron los días
de dulce niñez.
Volvimos la vista
hacia atrás.
Y vimos tristes
que ya nadie
nos podría devolver
a nuestro paraíso,
único y perdido...
Y a veces olvidado.
Supimos entonces
que otros llegarían
y tomarían el relevo.
¡Y llegaron,
nuestros nietos!
Les dimos...
Nuestra antorcha
para que ardiera en ella.
¡La felicidad, la suya.
Y también la nuestra!
Y así es siempre,
donde esté.
¡Un abuelo y su nieto!

MARÍA LUISA HERAS VÁZQUEZ -Barcelona-

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