Soneto melódico
Dime, el brillo en tus ojos, ¿Ay, que tienen?
Iluminan mis pasos, si me pierdo,
suelo estar medio loco y medio cuerdo
cuando pienso que amor ellos contienen.
Tus miradas me tumban y sostienen,
y tu risa que, a veces es recuerdo,
movilizan mi músculo izquierdo
si tus dones se van o si ya vienen.
Encendiste al fragor de tu mirada
los cimientos que calman la pasión
que mantienen mi alma enamorada.
Sin prudencia, me alienta la ilusión
de dejar mi cordura encarcelada
en el iris que tienta al corazón.
Patricio Gonzaga
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