Donde pongo mis besos
cuando piden tus labios,
llueven sobre el suelo
de la nostalgia, ruegan
al viento llevarlos para
ser caricias intrusas
sin avisar, nacer en tu
suspiro cuando me extrañes,
florecer en cada pensamiento
que divaga bajo el sol
de la ausencia.
Donde dejo caer mis versos
que te reclaman, nacen en el
desierto del silencio pidiendo
tus brazos, se quedan plasmados
en la página del consuelo, evocan
melancolía intentando despertar
en tu jardín mi recuerdo,
y sin leerlos los sientas como tormenta.
Donde consumo estos
deseos que piden tu cuerpo,
delinquen erizando aun la inocencia,
provocan cerrar los ojos y desnudar
tus besos, arrancar de tu piel
el recuerdo viejo y bañarla
de momentos nuevos, renacer
juntos sobre la sábana del destino,
bajo la luna del delirio pendiente.
Donde apagamos este amor
que arde por dentro, el silencio
aviva sus brasas, la distancia
enciende más sus llamas,
la espera prende sus ganas,
y bajo el agua del secreto
crece incendiando el alma
¿dónde escondernos, si vivimos dentro?
Luis Emilio Tigüilá Robles -Guatemala-
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