lunes, 10 de abril de 2017

TORCAZ


Cubramos todo el lienzo
de manchas agrisadas.
Detrás, las tantas sierras.

Los cercados de piedra sosteniendo
la sed de media altura.
Los castillos enjutos
de las oscuras rocas
amenazando tiempo.

Los invisibles muertos
de azadón y navaja
apacentando sogas.

Ahora el bastidor
de un cielo de cristal
y el dolor de la torre,
pico ámbar
de la paloma herida.
Varada a media loma.

La sed del aguadero.
Triángulo en la siesta
agridulce de otoño.

Y aquí cerca, tan tierno
cascabeleando el verde
de las bellotas nuevas.

JUANA CASTRO -Villanueva de Córdoba-
Publicado en Luz Cultural

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