Te entregué todo mi amor
sin reservas ni medida,
puse en tus manos mi vida
sin pensar en el dolor,
cuando creí estar mejor
heriste mis sentimientos,
entre dolor y lamentos
quise no amarte tanto
y ahora pago con llanto
un inmenso sufrimiento.
Mi corazón en pedazos
por tu amor se derrumbó,
el día que se terminó
la huella de nuestros pasos,
con un beso y un abrazo
se selló aquella ruptura
e irremediable fractura
le hiciste a mi corazón,
ahora está en reparación
víctima de una aventura.
Diste un golpe tan certero
y a mi vida marchitaste,
ese día que desechaste
este humilde amor sincero,
con un último te quiero
fingiste no sentir nada,
pero al cruzar las miradas
supe que nunca me amaste,
y a mi corazón provocaste
la reparación forzada.
Refugio Alatorre Mariscal.
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