Piensas que el respeto no es para mí
mientras me humillas cada día hasta los huesos,
pudriendo el tiempo
y has pisado hasta mi honor;
no tienes razón de gritarme tus consejos.
Limpio lo que manchas sin deber,
con la cobardía de creerme tanto miedos.
y me condeno más a una opaca soledad;
me enojo cada vez que empieza tu concierto.
Adiós quisiera decir, huir,
dejar el tormento, con la razón,
pero no sé ver cómo sobrevivir sintiendo
todo el tiempo mis angustias,
con temor en algo extraño.
Adiós pudiera decir, vivir,
parar la lluvia de mi corazón,
para que aprendieras si te diera una lección
y poder salir de ti.
Crees que no opino por mujer
y que ni esperanza yo tendré con sufrimientos
noble y sumisa de una oscura realidad
¡Ay, cuanto te equivocas!...¡bruto y honesto!
Adiós, escribiendo he visto el sol,
leí todos mis sueños con la convicción
selecta de ser una mujer de igual realengo,
mejor que tú por reina en verso,
un poema todo el tiempo.
¡Adiós, seré ave rapaz sin ti
disfrutaré gozando el aire en libertad
y que tus lamentos oigan sin piedad.
¡Sí, me iré por ti, por mí feliz!
María Sirena Matrí Mar -ESPAÑA-
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