Voy a versearles un tanto,
coplitas de buen rimar,
para que vusté venga al campo,
y me vaya a visitar.
El sábado me bañé,
los demás días no tanto,
golía lo más de bueno,
como a tierrita del campo.
Me fui a ver la Fabiola,
que se bañaba en el río,
me dijo que con ella bañara,
y le dije NO, tengo frío.
Los pájaros cantan ya,
asina yo repitiendo,
cantándole a mi negrita,
que rete harto la estoy queriendo.
Las muchachas a mi me queren,
porque les verseo gonito,
suspiran las condenadas,
y me dicen... papasito.
Las mujeres queren rosas,
los hombres ya saben que,
recíbame estas flores,
que me da antón vusté?.
Corriendo por la vereda,
callí en una mata de lulo,
el golpe fue doloroso,
me quedó doliendo el... cuerpo.
Me puse yo bien pintoso,
con camiseta y corbata,
unas medias de cuadritos,
y de calzado alpargatas.
La mujer que a mí me quiera,
deberá tenerme amañao,
asina yo no trabaje,
y no me haya bañao.
El turpial cantó primero,
después cantó el diostedé,
quérame mucho mi negra,
quérame mucho vusté.
Una vieja me digió,
que le hiciera el favorcito,
y como soy elevao,
no le entendí ni un tantito.
Y volvió y me repetió,
que le hicieras cosas perversas,
y la llevé para el patio,
y la colgué de las trenzas.
Y ella dijo que no,
que cositas ricas comiera,
y antón me fui a la cocina,
y le desocupé la nevera.
Compórtate como fiera,
así grandote y fortachón,
le dí entonces rasguños,
y mordiscos por montón.
Y no les verseo más,
a las viejas y señoritas,
y cuando me insinuen cosas,
que me las digan claritas.
Juan Dar -Colombia-
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