Hacia el ocaso
las hadas encienden sortilegios
y liberan espíritus antiguos
ocultos en las piedras.
El viejo roble,
morada de los dioses,
es el santuario que hechiza
la palabra del druida:
por cada letra, un árbol;
cada batalla, un mito.
Hogueras prodigiosas
celebran el triunfo de la tribu.
Rugen vibraciones.
Los ojos, bizarros, centellean.
De Trilogía celta de
LINA CAFFARELLO
Publicado en Ágora 17
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