Cuando el silencio hable y diga lo que sabe, la noche quedará desnuda ante la luz de la verdad, la sombra de la falsedad huirá al no encontrar refugio, entonces, el sol que se vistió de soledad inundará la tranquilidad con la llama inolvidable de lo que se vivió, y el hielo derritiéndose en las manos, de lo que siempre se querrá.
Cuando el sol de nuestras memorias despierten, habrá calor con recuerdos de besos ardiendo, de abrazos bronceando la piel de los deseos, momentos consumiendo tiempo entre suspiros, bailando el vals del amor pleno.
Cuando el frío de los ausentes besos quemen con deseos los labios, tendremos que cerrar los ojos para encontrarnos, besar la ausencia y acariciar en silencio los versos, seremos dos invisibles cortejándose, teniéndose y poseyéndose, fue la valentía de amarse, y la cobardía de soltarse, el tirano juego que solo nos dejó, un silencio que habla lo que los labios callan.
Luis Emilio Tigüila Robles -Guatemala-
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