SIN ARREPENTIMIENTO

Dispensa a mi mano, si te busca
en tus cumbres... y en tus lagos,
porque es hábil criatura
que no se arrepiente de sus pecados
pues sabe engañar a las Musas
y confundir tu labios... con mis labios.

Perdona... si he tomado
el licor que guardas tanto
escondido en tu despensa,
antes de perder su solera
para enterrarme, borracho
en esos besos que me condenan.

Condona la deuda de mi boca
y cobra con la tuya en mi vergüenza
deshojando las prendas de mi ropa
entre las celdas de tu colmena...
dale pan a quien te roba
las palabras que te alimentan.

Indulta al lobo encerrado
por ser fiel a su naturaleza
porque no te ha sacrificado
y te ha cedido sus prebendas
en aras de ser perdonado
mientras, desde tu altar, observa
entre los frutos dispensados
su semilla ocupando tu tierra...
si... por un momento, ha olvidado
consumar alguna promesa.

‎Luis Maria Saiz Laso‎