jueves, 13 de abril de 2017

POESÍA ERES TÚ, MI DULCE MELODÍA DE AMOR


Si tú me preguntas:
¿qué es poesía?
Yo te respondo:
poesía es el sentir
de mi corazón
de ti enamorado,
pues poesía
eres tú vida mía.
Poesía es el vendaval
Incontenible
de mis versos,
torrente de letras
y de lavas ardientes
que por ti
mi bella flor de otoño
cobran vida
dentro del alma mía.

Eres el rocío matinal
que con tu ternura
engalanas mis mañanas,
gemas de diamantes
diáfanos y relucientes,
que al vaivén del viento,
su inexorable destino,
penden de cuán firme
se adhieran a la hoja.
Tal como tu amor
y el mío,
resplandecientes
como dos cristalinas
gotas de rocío.

Eres la dulce canción
hecha poesía
que llena de armonía
la displicente vida mía,
y me devuelve la ilusión.
Eres la melodía de amor,
que alegra con sutilezas
mi enamorado corazón.
Por eso presta atención,
escucha de mis adentros
el entrecortado canto
de tu enamorado trovador,
quién con este alegre son,
pretende aquietar tu llanto,
y con él conquistar tu amor.

Eres cual angelical
canción de cuna,
recuerdo del ángel
que me arrullaba
con delicadeza,
y fina ternura
entre sus brazos,
al oír mis sollozos,
y al sentir el hurgar
de mi frenético
respirar en su corpiño.

Eres la razón de vida
en mis ávidos oídos,
que cual repetitivo
y nítido eco sonoro,
audible y distante,
me devuelves la vida
presta al instante.
Eres la dulce melodía
que mi alma arrulla
y aquieta mi ansiedades.
Eres bálsamo de paz
en mis días de tormentas,
y fanal de reluciente luz
en mis densas nieblinas.

Eres la suave brisa
que mi alma acaricia,
y la delicia
de tus besos,
el néctar vedado
y prohibido
de los dioses,
exclusivamente
para mi reservado.

¿Cómo no te he de querer,
si al oír el timbre
de tu delicada tu voz,
mi alma te degusta,
y más y más
de ti se enamora?
Es tan cierto
que con la aurora
mi alma una vez
más te adora,
y cómo con la luz
del nuevo día,
recuerdo que eres mía.
Y al llegar la noche,
somos amantes furtivos,
y no necesitamos
razón aparente,
ni motivo alguno,
para que tú y yo
nos amenos así:
sin tabúes,
sin ambages
ni subterfugios;
sin restricciones,
ni medidas ...
Devótamente tuyo,
Lobo gris.

George Rivas Urquiza -Perú-

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