martes, 4 de abril de 2017

MORIR NO ES DESCENDER


Nada en la voz de la cigarra indica
cuán pronto ha de morir.
[Haikú japonés]

El cuerpo escapa
cual cáscara vacía
que deja la serpiente en sus andares.
Yo tengo un nombre largo impronunciable
digo mi Nombre el Mío...  el Verdadero
un grito
años de Brahma sobre mi frente.
Hombres...  yo he perdido el amor
pero los amo
/la doblez y el amor... eternalmente juntos/
mi cabello…  largo como una blasfemia
y mi garganta azul…  una pedrada.
Hombres...  yo nada puedo hacer para salvarlos
miro los astros
y soy también los astros
miro a mi madre
y soy también mi madre
y un elefante
que no es grande ni pequeño
es solo un elefante
sobre la palma de mi mano.
Grabo los nombres de Dios sobre tablas de arcilla
en los cristales de los autobuses
y en el ojo de buey de un barco sin retorno.
Sal y sol en la sangre
poetas
hiladores de vidrio comiendo una manzana
entorpecen mi paso.
La vida es un presente griego
en donde canta y miente una cigarra.
Hombres...  lo juro...  yo nada puedo hacer para salvarnos.

CARMEN HERNANDEZ PEÑA -Cuba-
Publicado en Gaceta Virtual 122

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