Llega el momento de la prueba citadina,
la fragilidad de los sentidos y de la carne
el día que huyen las primaveras al ocaso
el día de la calamidad en jardines floridos,
todo tiene su principio y su final, puntualmente,
de ingresar a las cuevas más oscuras de la vida,
de tener sólo un puñado de flores bellas,
un refugio en altamar en el vuelo de las gaviotas,
y llorar bajo la inclemente luz de un cielo azul,
tan lejano de los ojos y del firmamento,
llega el momento en que sólo posees la ropa que te cubre,
la voz que te describe en las mañanas cuando te levantas,
el instante en que la lengua pierde la saliva,
y los sentidos se tornan perdidos y abrumados,
llega un momento en que eres el primer Adán,
perdido en la inmensidad de la soledad y lejos del perdón,
en que la vida es un torrente de lluvias nuevas,
y mi propia lluvia se ha convertido en días nublados sin sentido...
Gerar Diaz.
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