EL CANTOR DE CANTORES

En una ruta se hallaba
el cantor de los cantores,
cantándole a sus amores
hasta que el alba rayaba.

I

Con la guitarra en la mano,
andando de tumbo en tumbo,
perdido por ese rumbo
el más humilde paisano.
Es la suerte del humano,
que contra el suelo estrellaba
el amor que no brillaba
aunque le echara más lumbre,
y que a falta de costumbre
en una ruta se hallaba.

II

Pasa la vida tan pronto
como el sol en el ocaso,
rápido, como es el caso,
para el sabio y para el tonto.
Al compás de lo que monto,
sacan chispas los motores
buenos y malos cultores
con la pesada talega,
y abran paso porque llega
el cantor de los cantores.

III

Brotan notas de su lira
como agua del manantial,
mas esa marcha nupcial
en su cerebro delira.
La muchedumbre lo admira
vestido de mil colores,
de escudero, sus dolores,
rodeado de algarabía,
va descubriendo melodía
cantándole a sus amores

IV

Vuela nota, vuela arpegio,
como en el aire las moscas,
¡ay! tejiendo agudas roscas
cual teje un labrador regio.
De prestigioso colegio
el pupilo se callaba,
mientras muy quieto rezaba,
¡Dios, que nos salve el derroche!
buscando a la media noche
hasta que el alba rayaba.

Eloy Nepo