Despierta ahora... ¡oh, luz en vela!
que, a los nocturnos amantes desvela
para que las horas no me corrijan
las intencionadas faltas de ortografía
para que no me quisieras
tan solo por una poesía.
Pero despierta...¡no te entretengas!
me amenaza el dueño de la taberna
al despertar el amor dormido
en derramados vasos de vino
y los restos de una pelea
de besos cortados con vidrio.
¡Despierta!... ¡oh, luna llena!
y apaga los fuegos de la primavera
junto a las flores de mi martirio
cuando eran mi lecho y yo estaba vivo
¡ay luna!... ¿si tu supieras
de aquellos sueños tan escondidos?.
Y que ocultaba, para que no vieras
el carmín que roba mis treguas
¡ay luna!... pecadora y Celestina
vendiendo amores en las esquinas
mientras ella me espera
en su lecho de enredaderas
y plagia la voluntad de una arpía
cuando soy ella, para que sea mía
y el amor... muera...
...para que viva.
Luis Maria Saiz Laso
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