sábado, 1 de abril de 2017

DE LUZ PENDIENTE


Entre lisonjas del bien y el mal nací,
me persiguió el poder, franca la fortuna,
pero atrapada entre rejas yo me vi
como un vidrio incoloro en faz de la luna.
Insomne en duermevelas volaba; rojo,
era el fuego del lamento y su murmullo.
Pisaba en este mundo con piel de abrojo,
cual el pie de azabache, pie en un arrullo.
Pariente de mi sol, rasgué los anhelos
que retenían mi vuelo evanescente;
y envuelta en el coraje de ciertos velos
oré siendo guerrera de luz pendiente.
Cerrando los ojos, tierra del engaño,
ni el mundo ni el cosmos para nada extraño.

Carmen Azparren Caballero -Zaragoza-

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