El invierno nos llega,
se nos enfrían pelos.
El aliento despega,
volando hacia el cielo.
Se abrigan nuestras penas,
nos cubrimos los huesos.
Donde lágrimas serenas,
nos aligeran su peso.
El invierno nos llega,
trayéndonos el hielo.
En el que infancia pega,
tirándonos al suelo.
El invierno nos llega,
nevándonos muy adentro.
Con la memoria vieja,
de nuestros recuerdos.
Ricardo Campos Urbaneja.
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