Preguntas que te asaltan
buscando respuestas,
ante la puerta que no tiene
sentido de vivir.
En silencio,
callada,
una respuesta sin malicia,
más lúcida que una lámpara
que lanza destellos azules,
me lanza un guiño,
a mí, que estaba sentada
ante el muro de piedra.
Y confunde a mi pregunta
que se quedó muda, sin habla,
y resbaló por los labios de la columna,
que esperaba silencios de besos,
embadurnados de ti.
Del aroma de piel de tu boca,
del gemido que suena confundido,
porque ya estuvo allí.
Y se tapa los ojos,
y se pasa la vida.
Me pongo ante ti,
y que el latido de mi sangre,
cierre tus párpados.
Esta noche sólo quiero dormir,
mis ojos pesan.
No estoy.
Salgo de mí.
Rafi Guerra
No hay comentarios:
Publicar un comentario