Un extraño,
en un lugar tan familiar.
Recorro las escalinatas
que me llevaron
cada día hasta lo más alto
y por momentos al inframundo.
Sus muros
que me vieron crecer y tropezar,
hoy me asfixian.
Los ruidos y las sombras
que me acurrucaban,
esta noche me estremecen.
No encuentro
cabida en este espacio
y sin embargo,
no podría explicarme
sin mi travesía por él.
Ahora,
todo se recapitula
en un anuncio:
Se vende.
ERIC URÍAS
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