El aforo se cubre de silencio.
El escenario se llena de fuerza.
En el aire se vive tal talento,
que desde primera frase, todo llena.
El corazón se desgarra tan dentro,
con la interpretación que se representa.
Del mundo que les hierve fuego,
con la vida dura, que todos se llevan.
Una lágrima brota en el cielo,
la rabia se distancia por la puerta.
Recordando que aquellos infiernos,
se llevarán por siempre a la tierra.
El aplauso viste todo esfuerzo,
se reconoce un trabajo de proezas.
Donde un gran reparto de sus adentros,
extrajeron de si, una obra maestra.
Ricardo Campos Urbaneja.
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