lunes, 26 de octubre de 2015

PRESENCIA EN MÍ Y AZAHARES


Te vi. Estabas vestido de luna en tu espacio
Tu aroma me recordó a los naranjos florecidos de la quinta
Olor de azahar florido y de algo dulce y blanco.
Fui con mi corazón en prenda, temblorosa y distinta
hasta tu casa, me embriagó tu calor y la quietud de nube detenida,
tu risa clara, fresca. Todo tu cuerpo un río que en mí se desbordaba.
Y por eso tu marca me queda incandescente y clara en mi callada vida.
Tu amor me hizo sentir, eras como paloma, viajero de mi llanto.
Era como un azahar: perfume claro de pasión contenida,
se diluyó en el aire cuando partiste, ¡ y me dejaste tanto!
No me digas que olvide. Yo sé querer a mi manera con mis estrellas sin calor,
abiertas cada una en un pecho. Y en tu boca deseosa sumergidas
Con tu esencia de hombre tengo alas, sin ella estoy en el pasado…
Mis manos se hacen caricias y se llevan tu cálida conciencia
La lloran como llora la arboleda de sed, Como la luna y el beso derramado.
Y te buscan mis manos como dos mariposas sin conciencia:
Vas conmigo por la senda que mis pasos trazaron.
¡Yo espero en una eterna primavera a tu llanto de hombre y tu clara presencia!

MARÍA ITZA

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