domingo, 4 de octubre de 2015

LOS CAMPOS DEL OLVIDO


He de regar los campos del olvido,
con el agua amarga de los sueños,
buscaré los recuerdos en semillas,
en místicos silencios sin sus dueños.

He de sembrar los brotes de las sombras,
para que nuestra noche no amanezca,
para ver el sol de madrugada,
para que sin mi amor, la vida crezca.

He de abonar la tierra ya muy muerta,
esa tierra tan seca y desquiciada,
aquel buen barro eterno y silencioso,
inmerso en aquella cruel mirada.

Hoy he de recoger la vil cosecha
de blancos huesos, flor de calaveras,
de mudanzas eternas, ya tétricas,
de pasadas pasiones harto arteras.

Moriré en el porqué de nueva siembra,
buscaré su lugar en el olvido,
al fin me alejaré por recordar,
todo lo que mi tierra me ha querido.

Julio G. del Río -Valencia-

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