Pare la esperanza,
la mujer de un pasado triste.
Para de ser guerra
y se mueven las gentes.
Se arrodillan ante la justicia del justo
y no temen su posición nueva!
Agachada está su cabeza
y su corazón poco a poco se abre.
Después de un sufrimiento grave y extremo,
veo la vida!
y el fruto del arrodillarme...
No son ya astros los que me guían
y sé que después de una tormenta
existe la luz del día
y la luz en mi vida...
Nadie me dijo mejor de mi mal,
que yo misma en mi silencio.
Me diste tu armonía,
la armonía que puede existir en mi sufrimiento.
Encontré tu compasión en mi dolor extremo
y no lo era a pesar de estar muriendo...
Ya no comprendo y entiendo.
y ya no busco comprensión,
busco ser ejemplo.
Soy una que peca sin pensar
y que piensa porque está pecando
para no hacerlo más
MANOLI SAN MIGUEL HERRERA -Italia-
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