sábado, 3 de octubre de 2015

CALMA LA FRIALDAD DE MIS MANOS


Con la mirada penetro
en el silencio de sus pensamientos
en sus palabras busco reposo
y en sus ojos, las calmadas primaveras
que reemplacen unas lágrimas suprimidas
y las bravas tormentas que salpican mi alma.

Ante la tranquilidad de su presencia
los miedos me asedian
un instante suyo es un edén
en mi atormentado corazón
como un pequeño impulso
que doblega mis sufrimientos
e imprime magia a mis espacios.

Cuando su pecho asoma
el averno no existe en mi mente
es capa y espada su compañía
ángel visible que me abraza
con sus tibias alas.

Él es quien esparce luz en mi penumbra
y convierte las oscuridad interminable
en claridad eterna.

Me arrulla cuando descanso
y, en su cálido regazo
calma la frialdad de mis manos.

Linda Patricia Candanoza Vargas -Colombia-

No hay comentarios:

Publicar un comentario