BARRAS SOLITARIAS / BARRAS MEDIO VACÍAS / BARRAS EQUILIBRISTAS / BARRAS AL FINAL

Barras Solitarias…

Trozos de noche en los dientes
Migajas atropelladas sin locución
Una espera infinita
Cariacontecidos sueños rotos.

Breve licencia de noctívaga damisela
Crujiendo las piernas decididas
Así me encuentro cuando te vas
Sirviendo a los dioses más lascivos.

Me regocijo en las mieles de la tarde
Acurrucada en esta barra inerte
Cabeceando mis ansias por beberte
Pena por no poder estrujarte sin esperas
Extasiándome con el aroma de tu vuelta.

Seré tu fémina paciente, en la barra silente
Y tu griega guerrera, en los bajos del satén.

Barras Medio Vacías…

Apenas una bujía
Dibuja el contorno de tu rostro
Mientras sorbo el último suspiro
Entre bagatelas y promesas inconexas.

Repiquetean mis uñas largas,
Cuidadas, impacientes
Tienen la gran misión de rasgar tu talante
O abofetear tu cobardía, entre los visillos.

Sigue vacuo el local en tu espera
Mi piel se torna glacial
Informe, escuálida, caída, perdida
En mi boca un amargor de taninos olvidados
Apedrean mi dejadez, mi omisión.

Rasgando el silencio, tu atisbo cruza rauda la penumbra
Sin deseo, regurgito una sonrisa imparcial y rendida.

Barras Equilibristas…

Yacen en mi boca
Tu paladar
Los taninos compartidos
El escozor del lamento ausente.

Cae desperdigada
Mis acuciantes ganas de ti
De sorber tu ardor en mi piel
Adormecer el tuétano bajo tu cerviz.

No ahuyentes las preseas
Ni redundes bajo cubiertas de alucinógenos
Soy tu hembra volcada, solitaria.

Sé el incisivo que cuela en mi madurez, tu tesón
Y saborea como vierto mi dulce corazón de almíbar.

Barras al Final…

Quedan solitarias las huellas
Unificadas en el rostro fémino
En mi piel, tras jugar a morir en ti
Domesticando la noche
Ostentando el látigo que te domina.

Amada por tu saliva, y tu estertor erguido
Quizás pida mil noches más, en tus ojos
Unida al candor de tu gélido aullido
Invadiéndome el vientre, regocijándome.

Amor, fuimos copas entrechocadas, sorbidas
Medias rotas, mordiscos patentados
Odaliscas de un sueño lleno de ternura e ímpeto
Rosas desgranadas en un lecho, que aún hace ascuas.

Santiago Pablo Romero -Trigueros-