Te amo aún,...
cuando no me hables,
aun cuando estás ausente
y permaneces callada,
respeto tu espacio
y tu derecho
a guardar silencio.
Sé que ansías
poder tenerme,
y yo desvarío por
ti mi bien amada.
¡Vaya mi triste suerte!
Quisieras hablarme,
y decirme lo mucho
que me amas,
y estás conminada
a callar por el bien
de nosotros dos.
Y yo por ti solo sé,
una sola manera
de amar y de querer.
Te amo en las noches
cuando estás despierta,
te amo en el día,
cuando duermes,
mi ave nocturna.
Te amo cuando
el silencio cómplice
de la luna ruborizada,
y de las estrellas celosos,
nos consienten,
nos miman,
y conducen al lecho
de los amantes
frenéticos y furtivos.
Te amo aún más,
porque en silencio
nos entregamos
uno a uno,
pedazo por pedazo,
el corazón entero.
Sin tener
que rendir cuentas,
a nada ni a nadie,
mi musa dorada
mi bella robocop.
Te amo en la distancia,
y en la desesperanza,
te amo en la proximidad
del eterno tiempo,
te amo porque me amas,
te amo porque te quiero,
te amo porque eres,
el sol de mis mañanas
y el colorido ocaso
de mis atardeceres.
Te amo
porque eres mi sol
y mi alba matutina,
eres mi aurora boreal,
mi eclipse de pasión,
mi luna enamorada,
y mi lujuria plena,
pérfida y profana.
Te amo
porque eres grácil
sugerente y coqueta,
te amo así divinamente.
Ahora dímelo tú,
¿seguirás obviando
esta forma única
de amar y de querer?
¿Seguirás desdeñando
mi amor nacido
de esta hermosa flor,
que con el rocío
cristalino de mi querer
regué para ti,
y que nació y creció,
en una noche
de delirio y de pasión?
Acaso no ves
que esta delicada flor
es tan sólo de ti,
mi enamorado corazón?
George Rivas Urquiza -Perú-
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