Hace ya muchísimos años atrás,
mis abuelos nos contaban historias
que nos hacían soñar con viajes
a mundos de hermosas fantasías,
y uno de ellos eran sobre la dulce
primavera, y como Dios la creó
y como a quién debe su nombre
tan especial como acorde
a su belleza natural colmada
de amor puro, y virgen
como su primavera tan especial.
Según mis abuelos decían,
Dios buscó entre sus bellos angelitos,
al más hermoso y virginal ángel,
ya que debía representar el nacimiento
de cada flor como de cada nueva
mariposa que adornan nuestras
primaveras, para eso buscó, y buscó
con muchísimo cuidado hasta que
encontró a su angelito ideal.
Entre sus angelitos virginales existía
un dulce angelito, que a su reino
había llegado, y era la más hermosa
representante de cada flor, además
como el nombre debía ser representado
por una dulce mujer, ya que gracias
a las mujeres, el amor a nacido,
junto a cada noble primavera
que nosotros hemos logrado llegar
a disfrutar en nuestra vida terrenal.
Así que desde aquél maravilloso día 21
de Septiembre desde hace hace ya
muchísimos siglos atrás,
no recuerdo fecha en años,
ya que ni mis abuelos lo recordaban,
pero sí nos aseguraban que era
la verdad real ese maravilloso milagro
de Dios fue creado para ser brindado
a nosotros con todo su amor.
Es por ello que desde aquella época,
que celebramos con gran algarabía,
cada 21/Septiembre, desde muchos
Siglos atrás el maravilloso, y bendito
nacimiento de tan dulce angelito
de la primavera, pues nos alegra
nuestra vida no importando los años
de vida que ya hemos vivido
siempre agradeciendo a Dios
hemos de vivir, ya que así
cuando Dios nos llame a su Jardín
hemos de tener el gran honor
de conocer, a tan dulce angelito,
quién nos representa en cada nueva
primavera en nuestras vidas terrenales,
para regalarnos un nuevo renacer anual.
Claudio Kruger Ahues -Chile-.
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