(Recuerdos del Face)
He estado esperando el momento propicio para dedicarte unas palabras de elogio y gratitud, y creo que este es el preciso momento.
Observando este precioso campo florido de emblemáticas flores holandesas, los tulipanes, encontré la inspiración:
Si fuese yo tu admirador y poeta te diría: Eres mi flor única y predilecta,
Dios te hizo como un querubín, perfecta de principio a fin.
No hay ni habrá en el mundo otra como tú.
Si en el mundo todas las flores son blancas, tu eres roja, y si todas ellas, las demás, son rosas, tu eres mariposa y mi único y vistoso Tulipán.
Sé que eres una madre abnegada, noble y decente, así lo comenta la gente.
Cuando una madre como tú trabaja y cría bajo cielo borrascado y plagado de inclementes tormentas, a tan bellos hijos, no solamente merece tocar el cielo con sus manos, sino ponerle un nuevo y único cielo a sus pies, despojarle de su título de ángel y entregarle un diploma a la mujer virtuosa.
Y con letras de oro escribirle su nombre y entregarle
el título de Diosa, madre y hermosa.
Si yo fuese emperador, pondría sobre tus sienes, una corona de laureles hecha con el fruto de mi gran amor.
Te regalaría una flor y simplemente te diría: Una flor para otra flor.
Si yo fuese gladiador, pelearía las mil y una batallas por tu amor y si fuese un Emir, simplemente no te dejaría ir.
Porque sin duda y por mucho, tú eres y seguirás siendo la única y la mejor.
Hoy, el poeta está triste hasta la muerte, tal vez no haya sido la mejor opción, y si no hay otra ocasión?...
Sé que pronto dejaré de escribir y tejer versos, que pronto dejaré de sembrar en desiertos áridos y sin tempestades.
También sé que mis palabras quizá no encontrarán eco en el ocaso de tus soledades y que tal vez tu LUZ nunca me alumbre,
Pero mientras dure el día, tú serás la LUZ del alma mía, tú le darás sentido a esa lava ardiente que discurre por mis venas, sin control y cuesta abajo a reencontrarse y morir en el mar.
Qué precioso regalo el cielo me ha dado, una amistad deleitable y única como tú
Debería haber nacido rey para estar a la altura de tu finura y hermosa figura, pero nací plebeyo, profano, lego y prosaico para contemplarte desde abajo y no verte desde arriba.
Ya debo terminar y no es mi epitafio, tampoco una despedida, porque los amigos ni se despiden ni se van, porque una vez alojados en el corazón, se quedan para siempre.
Cuídate, se cauta y sigue alumbrando el mundo con tu belleza y con tu luz.
El mundo es tuyo, empínate, estira tu mano y hazlo tuyo.
Seguiré conservando y atesorando en mis recuerdos el cielo de amor y fantasía que con tu ternura, encantos y detalles, idealizaste y pintaste para mí.
Mis disculpas a tus hijos por tanta lisonja, no lo puedo evitar, es mi naturaleza.
Con amor, cariño y afecto, tu gran amigo y eterno admirador.
George Rivas Urquiza -Perú-
Ésta es una historia caduca de un amor virtual, fue un amor fugaz, yo no era libre y ella sí, no quise perturbar su felicidad, así que con el dolor de mi corazón, simplemente tuve que dejarlo ir. Hoy está felizmente casada y vive dichosa sin mí.
Mientras yo sigo penando y por mi gran amor imposible esperando.
Me pareció bonito el recuerdo, por eso lo comparto con ustedes apreciados y estoicos lectores.
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