Aparentemente
siento las vibraciones del aire
sin que se alteren
las sensaciones visuales
que se mantienen
totalmente inalterables.
Aparentemente
oigo los latidos de un corazón
sin acercarme al pecho
donde se están produciendo
después de una carrera
a través de un terreno embarrado.
Aparentemente
veo los sonidos de la música
que las olas del mar
producen al chocar con las rocas
donde las gaviotas
lanzan sus graznidos al aire.
Aparentemente
toco las nubes del cielo
que rodea la cumbre
de las altas montañas
a las que nunca subiré
porque me asustan las alturas.
Aparentemente
huelo la luminosidad
de las farolas que alumbran
los espacios de la calle
que bordean al río
donde se refleja la luna.
Aparentemente
saboreo tu sonrisa
que me alegra las horas
solitarias frente al blanco
papel donde voy contando
mis pensamientos y sentimientos.
JOSÉ LUIS RUBIO
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