domingo, 2 de febrero de 2014
A VECES ME CONTRADIGO
Para el amor no confíes en la complacencia;
cree en ti, alma mía, en la infame desesperación
de las pasiones soterradas de los recuerdos,
a través de mil voces precipitadas al abismo
y el murmullo sutil de la brisa que traslada
los besos sigilosos y austeros de mi silencio.
A veces me contradigo, pero esto solo pasa
en el momento que el tiempo olvida y el alma
abarca los fragmentos quebrados del espejo;
liberado del recato de mi ambigüedad,
ebrio de muerte y perdido de lujuria
el amor tranquilo vuelve a despertar.
Quédate conmigo esta tenebrosa noche
entre el blanquecino luctuoso de la luna,
donde la cacería de las seductoras brujas
no habrá hecho nada más que comenzar;
y juntos, en el parnaso atrevido que,
desdobla los segundos al tiempo suicida,
–amargos de prohibidas sendas e ignominias–
dictemos el camino de la decente moralidad.
A veces me contradigo, a la vez que la estupidez humana,
pende del vicio oculto de mi pensamiento escondido.
Miguel Ángel Bernao Burrieza -Zaragoza-
Publicado en Suplemento de Realidades y Ficciones 59
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