Un clavel, un rojo rojo clavel, un clavel
a la orilla de mi boca,
cuidé yo como una loca,
poniendo mi vida en él.
Y el clavel,
al verte, cariño mio
se ha puesto tan encendido
que está quemando mi piel,
que está quemando mi piel.
Recuerdo aquellos besos que me diste,
lengua y humedad unidas en un encuentro oculto,
íntimo.
Tu piel abrasaba mis labios
en ese contacto de juego seductor
de boca a boca,
de caricia a caricia,
de fragancias a sabores
Creciéndome la sensación del gozo,
en el dibujo de mi dedo por tu tez,
escondidos debajo de estrellas
donde mariposas vuelan
en tu pincel de colores,
achicharrándome entre las sombras.
Cartografío tu imagen,
en un mapa inexistente
donde el rojo señala,
tu distancia,
marcada por el trazo de un ámbar.
Claveles entre mis manos,
lanzados al mar,
en tu memoria.
Marina Flamenca.
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