Cuando es tanta la barbarie
que las palabras se nos atragantan
sin ser pronunciadas
Cuando los acontecimientos nos sobrepasan
y las cabezas rodantes de ojos abiertos
nos miran fijamente sin comprender.
Cuando tras los cristales se ocultan
temerosos los niños propios y ajenos
Ha llegado la hora de lanzar el grito
que ha de escucharse en lo más alto
pidiendo el auxilio de ángeles y arcángeles
que nos defiendan con sus espadas doradas
y sus huestes azules que esparcen bondad
mientras cumplen su misión: aplacar los demonios
que se han apoderado de nuestra existencia
Impotentes somos frente a la maldad desatada
nula se vuelve nuestra capacidad de asimilación
a la vista de tanta sangre y cuerpos desmembrados
Queremos que nuestras hijas salgan
a la calle sin miedo
que se acabe la corrupción
que se castigue a los asesinos
Alguna persona deberá aparecer
que aglutine voluntades,
que tenga la fuerza, el liderazgo,
la convicción, la generosidad
y el desinterés que tuvieron
nuestros héroes patrios
¡Exigimos que nuestro país nos sea devuelto!…
ADELFA MARTÍN
Publicado en la revista Ágora
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