LOS SOLILOQUIOS TERRESTRES

Nos toca la reflexión,
los militares días en que la conciencia es atroz.
Es defensa y huella el camino que nos une a otros.
El corazón extraña más las causas perdidas, cuándo
todo está lleno y vació,
las calles con sus prisas muestran su publicidad
nuestro esfuerzo merodea con su tul de fidelidad.
Aquí el beso y la despedida tienen otro privilegio.
Muchas veces el estéril rey de la tristeza se queda en su palacio.
De aquel pasado solo quedan rosas discutiendo y laureles vengativos.
Señores destinos que aún nos apetecen,
amores que no mueren con su infame idolatría.
Todo lo pasado esta hecho,
como un cuento de galanía, una falda danzante de recuerdos asesinos.
Hemos venido al paso de este tiempo de desperdicio y apetitos.
Nos mueve una fuerza diáfana,
el silencio sensual de otras vidas.

Belén Aguilar Salas -Costa Rica-