Las cenizas mezcladas
de nuestros cadáveres
se besan con pasión
se abrazan con ternura
y se acarician con ardor.
Después de morir
seguimos unidos
en cuerpo, alma y cenizas
y vivimos nuestro amor
por todo el universo
por toda la eternidad.
VÍCTOR DÍAZ GORIS -República Dominicana-
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