Al nacer iniciamos la jornada,
con el paso del tiempo nuestra vida
se extingue a cada nueva amanecida
brotando la amenaza sepultada.
Un día en que el pensar no piensa nada
y todo cuanto sabe se le olvida,
ese día descansa persuadida
y amanece radiante y animada.
Preludio del exiguo pensamiento
y de una voluntad callada y ciega
que antaño cimentó su monumento.
Velero a la deriva que navega,
juguete de las olas contra el viento
que al destino fatal deshecho llega.
Se enmudece el lamento,
al final todo es paz y todo es gloria
tras girar sin parar como una noria.
Ulpiano Ulpy
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