Sangre viva de vivo deseo.
Una estampida de noctámbulos acordes
danzando en la humareda de nostalgia.
En tus ojos la censura del silencio,
la vocal impronunciable de tu nombre.
A dentelladas tristes mi boca
te muerde a oscuras las entrañas,
impávida de miserias.
Razón serena, risa loca,
en tu alma encarcelada es libre el hombre.
Ante tu voluntad bajo los brazos
clavando las rodillas en el suelo.
Tu sola palabra me calla.
tu sola presencia me agota.
Ana Rodríguez Callealta -Cádiz-
Publicado en la Biblioteca
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