Un joven regresó de visita a la casa de sus padres después de "la luna de miel".
El padre, deseoso de saber cómo habían ocurrido "las mieles", le preguntó:
–¿Qué me cuentas, muchacho, que tal de “mieles”, cómo ha sido?
Y el hijo, mirándolo serenamente, palabra a palabra, le respondió:
–Yo no dije nada. Ella no dijo nada. Así, silencio tras silencio, nos pusimos de acuerdo en todo.
Cuento de la tradición oral rusa
Publicado en Gaviotas de azogue
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