Me cansaría de besarte, de verte, de escucharte
si fueras error, locura, sufrimiento, frío,
si no fueras la verdad, la paz, el amor, la libertad,
el bien, la justicia, la felicidad,
estaría cansado de ti
si no deseara la salud, el placer, la vida,
tu corazón y el mío se enfriarían y hastiarían
si ajenos a la razón, buscáramos alivio
en la destrucción, la corrupción, la humillación, la sangre,
si no quisiéramos ser nosotros, seguir nuestro instinto,
cumplir nuestra deuda, ser leales a nuestra humanidad,
yo acabaría estorbando en el mundo y también a ti
y haciéndote aborrecer el ser que me da existencia
si fuera un ladrón que exigiera privilegios
y no juzgara lo ajeno
con la misma medida que lo propio
o lo juzgara sin piedad, como hacen
los legisladores de un tirano,
te estaría molestando, molestando a mis semejantes,
inspirando la indignación o el tedio en las almas de bien
si buscara un frío y banal interés
que no siente otro corazón,
dejarías un día de interesarme
si no estuvieras en mis entrañas, en lo más escondido,
más allá de las glorias del escenario, de las ficciones halagadoras,
del desprecio del fatuo y el enfermo afán de humillación,
tu nobleza y la mía, tu luz y la mía no son
hurtos en la brutal rapiña del mundo
sino la humilde sed de nuestros pechos,
que buscan en el mundo un lugar
para los inefables sueños que al nacer llevaban,
que no consiguió matar la violencia
de los dementes, estúpidos y dañinos,
que persiguen la inocencia.
LUIS RAFAEL GARCÍA LORENTE
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