Cuánto daño hago al mundo en mi rinconcito gris,
cuánto estorbo por intentar respirar y ser
y defender lo poco que tengo aun pagando mi tributo
a juicio de los envidiosos,
para ellos, no debería estar vivo, no debería haber nacido,
no merezco la felicidad, ni el honor, ni el amor,
todo lo que tengo se lo debo a ellos, se lo he robado,
en mi pobreza, no hay inocencia, merezco su censura moral
y todo el rencor que me guardan sus oscuros corazones,
son ellos los inteligentes, los damnificados,
los que deben indignarse,
yo no soy justo
porque me he atrevido a hacerles sentirse pequeños, a ellos,
que necesitan el mundo entero para su orgullo
pero tú eres sencilla
y quieres la Tierra también para mí
y me das posada en tu pecho sin exigirme
que humille mi espíritu.
LUIS RAFAEL GARCÍA LORENTE
No hay comentarios:
Publicar un comentario