HERIDA

Ostento, a despecho de tu mirada
en mi costado, todas tus llagas...
amo en silencio estas mentiras
aún más livianas que tu partida,
tu recuerdo infecta mi cama
mientras me observas desde la mesilla.

He acariciado ese retrato...
aún están temblando mis manos,
la puerta se cuaja de pesadillas...
quizás oigo tu voz en la cocina...
aún no debo haber despertado
si aun, se escucha tu sonrisa.

Así... se va alejando el barco
el horizonte congela mis manos,
tus ojos asoman... la luna brilla,
me pierdo en versos autistas
que se deslizan muy despacio
entre las líneas que te describían
para autorizar a mis ojos el llanto
que está condenando mi vida.

Soy todo lo que he logrado
... un pasajero a tu lado
o... un beso a escondidas...
no era mucho lo que te pedía
pero... indiferente, te has marchado
y solo me has dejado
este poema y una herida.

‎Luis Maria Saiz Laso‎