estoy royendo este hueso
así
hasta la hora de mi muerte
todavía espero un ángel
con una llave para éste
su abismo
cuando cae la vida en la ventana
unos breves tañidos alargan la tarde
donde las comisuras del viento
encuentran esa perfección originaria
de una Ciudad sin ruido
donde alguna voz lunar amanece
y toda sombra cambia imagen y sentido
Del libro “Canción nocturna” de
María Lilian Escobar -Argentina-
Compartido por Rolando Revagliatti
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