Seleccionador de conchas en la playa,
creé mi primer valor.
Misteriosa especie ofrecí
y compradores fingí.
Habría de madrugar por alcanzar e hipnotizar
la concha estrella.
La exhibiría y a su mar la volvería.
La creí dormida mas se desperezó
y en voz humana:—¡Si no me amas te convierto en rana!
Poca cosa seré sin ti.
¡Llévame en el bolsillo de tu pantalón!
¡Oh, preferible arrójame y guarda mi imagen
en tu corazón!
Me gustaría describir la cualidad íntima del objeto.
Mas se fue mi niñez como se va la dicha
paso a paso y en silencio, y con ella mi oficio:
seleccionador de conchas.
Descalzo sobre la tibia arena
endulcé los sueños.
Del libro TROCITOS DE ELLA EN MÍ de
OMÍLCAR CRUZ RESTREPO -Colombia-
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