Lo que yo quiero es que quieras quererme.
Que me quieras.
No me sirve quizá, ni dame tiempo.
Necesito tenerte como me tengo a mí,
como se sabe el sueño,
de la raíz a las puntas,
agitando mi sangre,
aovillada de una vez y para siempre
en el eco de mi último latido...
Estoy cansado y harto
de esta especie de tedio y abandono,
de que no quieras hincarte de rodillas,
de que sientas a medias y me tengas cariño
y me pierdas la fe con cada nuevo examen
y me lleves la cuenta de las horas que pierdo...
Porque si llego a ti no vas a tener tiempo
de inventar una excusa,
y para cuando quieras darte cuenta
serás tan puta o más que la puta del cuento
y sabrás que te encanta y sentirás vergüenza,
en un principio, luego será hambre
y luego alguna especie de cuartel de invierno,
y diremos adiós y una estación después volverás a buscarme
con la misma sonrisa y yo volveré a trabarte por el pelo,
a morderte la boca,
a romperte las bragas,
y calor será poca palabra...
Mujer,
encontraremos juntos un refugio,
hecho de amor y luz y sobre el blando
labraremos un nido, y si morimos,
moriremos juntos,
dejándonos vivir por el camino.
Carlos Bonino
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