Fue una locura no declarar
mis sentimientos,
porque como los barcos
de papel,
se mojan hundiéndose,
en el más profundo mar.
Locura es…
cuando mis pupilas
se cierran, a los disfrutes
de mi larga existencia
y encontrar dentro de mí,
al poeta que habita
en mi interior,
oculto por una limpia
escombrera astral.
Dejo mi timón a la deriva,
anclado en el océano azul
que nace en el ocaso,
porque… sé que mi locura,
nunca tuvo maestro
para vagar,
sin rumbo perpetuo.
Francisca Olmos Comino
No hay comentarios:
Publicar un comentario