Ante tu ausencia yo hice de ti una canción para escucharte, un verso para leerte y una reminiscencia para no olvidarte. Desde que tú te fuiste, he tenido que inventar mil maneras para sentir tu presencia, sueños, canciones y poemas recordando lo que alguna vez tú me dijiste. Ya de tanta soledad he llorado, he reído, muchas historias que te disculpan he inventado, muchas veces he muerto y renacido. De cuando en cuando, destapo aquel frasco de perfume que no sé si por algún descuido olvidaste o adrede aquí dejaste y cuando la soledad me consume, al respirar imagino que nunca te marchaste. Estas son sólo algunas formas de ejercitar la memoria, por aquello de las dudas bauticé con tu nombre ese rosal que sembraste en el patio junto a la noria y cada mañana me saludas y aún no puedo evitar que esto me asombre. Ante tu ausencia para no extrañarte, hice de ti sol, estrellas y luna, pero aún no puedo dejar de llorarte, como a cada letra, también te llora mi pluma.
Miguel Ángel Cavazos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario