Nada es perfecto,
No hay belleza perfecta,
No hay vida perfecta.
Si somos sinceros, nos
damos cuenta que la
felicidad es solamente
un estado mental, ya
que puede variar ese
sentimiento en una
fracción de segundo.
A veces en la vida,
hay de una manera
u otra, mucho dolor
sin embargo también
de este aprendemos
y surgimos con la
divina ayuda como
un barco a la deriva,
que no encontraba
la salida, y luego a
puro martillo y fuego,
vamos siendo bien
moldeados como
vasijas de barro; en
sus manos.
Todos fallamos y
nos fallan, más
el verdadero y
brillante creador
del verdadero
amor, siempre nos
estará esperando
con una canción,
perfectamente el
conoce nuestro
Corazón.
Del libro ENCENDIENDO UNA LUZ de
M. Guadalupe Trejo R. -México-
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