En un profundo pozo,
callo mi corazón herido de amor.
La paloma que llevaba dentro de su pico
la sangre seca del poeta.
Que dejo sobre la tela blanca
escrito un te quiero.
Y una rosa atravesada por la flecha de cupido.
Que se derrama gota a gota. y espina a espina.
Sobre la boca de un niño.
Se pararon todos los corazones,
a las dos en punto.
Los labios se volvieron atrapa moscas.
Sobre mi garganta,
se poso un una mariposa de fuego
y yo me arranque los ojos con una lágrima seca.
Porque no quiero ver,
la puerta por donde te has ido.
Que pena,
que gran pena me muerde las entrañas
como un negro cancerbero.
El llanto es un diminuto puñalito de amargura
que se clava muy adentro.
Y esta angustia que yo siento ¡Amor mio!,¡Amor muerto!
es un tatuaje de forja candente que me recuerda,
que es por ti.
por quien tengo el corazón tan mal herido.
Y que yo soy...
como ese perro apaleado,
que aún con las patas rotas,aun con el pulmón saliendo por su columna.
Con su hocico devorado por las hormigas.
Y su lengua seca de lamer la humedad de los ladrillos.
aún....Busca tu cariño.
En un profundo pozo,
callo mi corazón herido de amor.
Cuando tu te fuiste,
y a mi me dejaste muerta en vida,
siendo una muñeca de porcelana rota
sollozando por tu adiós.
Ese adiós lejano,pero que en el silencio
se escucha tan cercano,
como el fluir de un río.
Debora Pol.
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